Son cinco relojes donde invertir ahora y se traducen en finanzas saludables para el presente y futuro. Y no queremos confundir valor con precio. Las marcas fijan el precio actual de un reloj al público, pero rastrear la plusvalía del valor de un guardatiempo con el paso de los años es lo más interesante. Si el dinero no puede comprar la felicidad, sí belleza y tiempo —relojes, propiamente—: Patek Philippe Ref. 5370P Split-Seconds Chronograph, Rolex Submariner, Audemars Piguet Royal Oak Chronograph Limited Edition (18k White Gold), Greubel Forsey Hand Made 1 y Omega Speedmaster “First Omega in the Space”.
Patek Philippe Ref. 5370P Split-Seconds Chronograph
Probablemente, uno de los relojes más bellos que Patek Philippe produce actualmente. Sabemos que piezas históricas en acero de Patek pueden batir récord mundiales, pero el platino de la Gran Dama es también cotizado. En Christie’s, una pieza 5370P con dial negro esmaltado superó 1.3 millones de dólares en julio del 2020 y otra 5370P alcanzó 1.6 de dólares en subasta de Phillips. El cronógrafo ratrapante de la Gran Dama presenta en su última versión Gran Feu azul, el color más clásico y aristocrático de la firma ginebrina —y también más apreciado—, está más que asegurado para el futuro por un precio actual de 263 mil dólares. El color azul, además, es admirado en piezas donde luce bien radiante como la Ref 5208-T-010 —el Only Watch de la firma en 2017— y el Minute Repeater Ref. 5016A-010, entre otros.
Rolex Submariner
“Si usted tiene 50 años y no tiene un Rolex, ha fracasado en la vida”. El famoso eslogan del publicista francés Jacques Séguéla vuelve a despertar un dilema. ¿Compras el Submariner nuevo de 41mm, o el de 40 mm que, poco a poco, comenzará a agotarse? Quien viste un Rolex disfruta de un producto innovador, moderno y preciso, así que la reciente versión cuenta con el valor añadido de los últimos reajustes del calibre realizados por la manufactura, no es únicamente la diferencia estética de 1 mm en sus dimensiones. Ya sabemos que el mercado premia al comprador de un Rolex.
El valor innato de una pieza de la firma de la corona no se devalúa. Pero si lo que buscas es un mayor valor al alza a largo plazo, no dudes del Rolex Submariner de 40 mm. Algunos analistas apuntan incluso que es una estrategia deliberada este nuevo lanzamiento de 41 mm —un precio superior a 9,000 dólares— para limitar la oferta del viejo producto consolidado y activar las reservas financieras de cazadores o pequeños “inversores” en bienes que serán exclusivos, fuera del mercado convencional o “mainstream”: y así lo será la pieza de 40 mm.
Audemars Piguet Royal Oak Chronograph Limited Edition (18k White Gold)
En los términos que hablamos de revalorización a largo plazo, no tengan la más mínima duda de que el Royal Oak Perpetual Calendar Ultrathin #RD2 será la pieza más buscada de Audemars Piguet en las tres o cuatro próximas décadas. Si aún no has desarrollado el olfato de forma perspicaz, sigue el rastro de quien ya desarrolló sus cinco sentidos de manera magistral: Jean-Claude Biver lucía uno de ellos en su propia cuenta de Instagram esta misma semana. Pero si la pieza se vuelve difícil de alcanzar, sin embargo, de los modelos lanzados por la manufactura de Le Brassus nos parece muy interesante el nuevo Royal Oak Chronograph en oro blanco y dial “ice blue” en oro blanco. Una edición boutique.
Más allá de los juegos cromáticos de moda, una edición limitada a 100 piezas cuya apariencia ya es bien conocida en el catálogo de la casa. En 2019, se presentó la edición limitada de 50 piezas del Calendario Perpetuo “ice blue”. Pero ahora llega una versión deportiva con el calibre 2385 con masa oscilante de oro. Un calibre usado en Le Brassu cuya base es el Frédéric Piguet 1185, de sólida mecánica y empleado también como base por cronógrafos de Vacheron Constatin (VC 1137), Blancpain (68F5) o Chopard (Imperiale). Una declinación noble y exclusiva en oro del sport-elegant que convirtió el acero en tendencia. No sólo es un Royal Oak raro, sino que contagia cierto optimismo por su luminioso “Grande Tapisserie”. Sin ser excesivamente elevado, su precio de 59 mil dólares se va a multiplicar.
Greubel Forsey Hand Made 1
Una “rara avis” en el predominante mundo de la era de la relojería mecánica industrial. Es cierto que las marcas relativamente nuevas no cotizan en el piso de remates como las manufacturas históricas, pero la legitimidad de estos “granjeros” de la Chaux-de-Fonds gana peso en cada cosecha anual de la relojería suiza. Hand Made 1 es una tentativa revolucionaria que optó a crear y fabricar un reloj de la forma más tradicional. Una labor arqueológica de trabajo artesanal gracias al cual Greubel Forsey hizo el reloj con un control y ejecución del trabajo manual en el 95% de todo el proceso.
Una aventura que comenzó con el desarrollo del órgano regulado completamente construido in house. La firma anunció que solamente fabricaría tres piezas al año, así que estos sí son bonos del tesoro cuyo valor quedará sentado para la eternidad. La pieza se presenta en caja de oro blanco de 43.5 mm. Su valoración subirá en reposo como las burbujas del mejor champán. La pieza obtuvo el galardón “Men’s Complication Watch Prize” en el Grand Prix d´Horlogerie de Genève 2020. El primer modelo de este reloj se vendió en Sydney por un millón de dólares. No es fácil cazarlo.
Omega Speedmaster “First Omega in Space”
El icono de Omega vuelve a alcanzar la Luna con la nueva certificación Master Chronometer. Ocho nuevas versiones en acero, oro Sedna y oro Canopus con la garantía de cinco años de la tarjeta roja que aporta este sello de garantía. Una reacción certera con pequeños retoques en el diseño y revalorización mecánica del calibre 3861 de carga manual. ¿Es una buen compra el Moonwatch en este momento? Evidentemente. Ahora bien, el Speedmaster que pronto comenzará a adquirir valor será el Speedmaster Moonwatch “First Omega in Space” (ref. CK 2998).
Omega ya anunció que cesa su producción. Así que el reloj que portó Walter Schirra durante la misión Sigma 7 del Programa Mercury, en 1962, cobra un especial interés. La firma relanzó en 2012, por el cincuenta aniversario, una edición numerada con el fondo de la caja en acero noble y el medallón grabado del Hipocampo original de 1962. Probablemente de menor atracción, pero también atractiva puede ser la versión en oro Sedna del que fuera este Speedmaster original, entonces no llamado Professional. La versión en acero cuesta 5,900 dólares.
La relojería guarda ciertas similitudes con el mercado del arte. Y una de ellas es la problemática consideración del valor, tasación e importe de un objeto estético, que puede fraguarse en el mercado desde la pulsión puramente especulativa hasta una consideración objetiva que supere los condicionantes de cualquier volatilidad económica. En arenas siempre movedizas, para caminar firmes y sin sobresaltos, elegimos estos cinco relojes que, en este momento, le darán tanta satisfacción económica a largo plazo como el buen gusto de portarlo en la muñeca en este instante.—Leslie López