El juego eterno del Tank

Es una de esas creaciones que rompieron con la habitual forma de leer el tiempo para marcar su propia hora. En su origen fue revolucionario, hoy es algo más: un icono

Con el comienzo del siglo XX, Louis Cartier emprendía un camino que iba a marcar un territorio en la relojería. El objetivo no era otro que incorporar el círculo horario a las líneas del brazalete e integrar el diseño de las asas de la caja para que tuvieran una visión de continuidad. Ese es el origen del Tank que, aunque fue desarrollado por primera vez por Cartier a finales de 1916, no llegó como tal al mercado hasta 1919. Entre el 15 de noviembre y el 26 de diciembre de 1919, se añadieron seis piezas al stock; el 17 de enero del año siguiente, ya no quedaba ninguna.


Códigos reconocibles. Los Tank de Cartier ofrecen signos distintivos que lo identifican, como la corona perlada decorada con un cabujón de zafiro o las agujas de acero acabado dorado en forma de espada. Y un detalle más, el cristal que protege la esfera es mineral.

Cuatro principios fundamentales conforman la creatividad de Cartier: pureza de líneas, forma, precisión de las proporciones y belleza en los detalles. Todo debe empezar por el diseño. La búsqueda de la pureza se aplica con especial énfasis en el Tank. Podemos decir que su capacidad de reinvención es inagotable, hasta el punto de haber constituido una familia con distintas aristas en forma de creaciones con su propia personalidad. Nos referimos por supuesto al Tank Américaine y al Tank Louis Cartier. Iconos relojeros que la firma francesa ha hecho evolucionar sin límites. 

Hay un protagonista indudable en estos replanteamientos de estilo, y no es otro que el Tank Américaine. Desde los 28 mm x 15.2 mm y con movimiento de cuarzo del modelo mini, a los 44.4 mm x 24.4 mm del tamaño grande y con calibre automático en su interior; y entre ambos, la medida de 35.4 mm x 19.4 mm del tamaño pequeño, que está impulsada también por un movimiento de cuarzo.

Versión mini. El Tank Américaine tiene un diámetro de entrada (28 x15.2 mm) destinado a la mujer. Además de declinarse en acero y oro, cuenta con versiones con diamantes en las abrazaderas (oro rosa) y en la caja y el brazalete engastados (oro blanco).

Hay que recordar que fue lanzado en 1989, y que su inspiración en la forma se halla en el reloj Tank Cintrée, del que toma prestada la singular curvatura de su caja. Además, el Tank Américaine era el primero en adaptar un brazalete ajustable con la célebre hebilla desplegable patentada por Cartier en 1910. En este nuevo ejercicio de estilo, se ha inspirado en la creación original y su forma curvada cincelando la línea, más delicada y enérgica. El grafismo de la esfera y la integración perfecta de las asas de la caja con el brazalete no hacen otra cosa que reforzar la pureza de la forma. 

Y de un clásico a otro Tank con nombre propio. Porque en 1921, Louis Cartier replanteaba el diseño del Tank original, el Normale, alargando la caja, estilizando las angarillas y suavizando los ángulos. El resultado es conocido como el reloj Tank LC -iniciales  Louis Cartier-. La geometría y los contrastes son protagonistas de una búsqueda creativa constante.

Tributo al Tank Must

Dos versiones que se apoyan en motivos gráficos ejecutados en oro –amarillo, rosa y blanco–, en un rendido homenaje a aquellas esferas que lucían los Tank Must de los años 70. El resultado es una composición en forma de cuadrícula óptica. Todos ellos están equipados con el movimiento de cuerda manual 1917 MC y existen en versiones de oro amarillo u oro rosa con correa de piel de aligátor.

Hay una segunda opción en este universo Tank Louis Cartier, y es la representada a través de unas intensas esferas lacadas. Ya sea en color burdeos o totalmente verde, estas propuestas se liberan de los códigos tradicionales que impone la relojería y optan por una elegante sencillez.

Esencial como principio. Con una esfera lacada color burdeos o totalmente en verde, el Tank Louis Cartier transita también por ejercicios que, alejados de los códigos tradicionales de la relojería, optan por la sencillez. Declinados en caja de oro amarillo (33.7 x 25.5 mm) y movimiento de cuerda manual. A la derecha, Tank Américaine pequeño de oro rosa y diamantes, con pulsera de aligátor roja.
Diseño minimalista

Son creaciones declinadas en caja de oro amarillo que privilegian el minimalismo de una esfera sin números romanos ni minutería de ferrocarril y un estilo cromático total con correas de piel de aligátor a juego. Todas versiones también están equipadas con el mismo movimiento manual 1917 MC. Este año, en definitiva, Cartier hizo del Tank un ejercicio tan particular que el tiempo solo ha magnificado. Por eso lo llamamos icono. 


Tank Louis Cartier. Dotado de movimiento manufactura de cuerda manual, una de las versiones es  esta con caja de oro rosa  y esfera acabado dorado tricolor.
Ricardo Balbontín

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