Un brillante espectáculo

La alta joyería y las grandes complicaciones caminan de la mano en estas singulares propuestas de Patek Philippe. Es lo que se entiende por alta relojería.

El arte relojero  no puede entenderse sin los relojes joya; son una de las manifestaciones más exquisitas y que más ayudan también a realzar el valor de la mecánica relojera. Patek Philippe atesora como manufactura un dominio total de todas y cada una de las especialidades que tienen una estrecha relación con la creación relojera, y por supuesto también de lo que tiene que ver con la joyería. De hecho, se aventura un año en el que los relojes joya van a tener su peso específico dentro de la oferta de la manufactura ginebrina.

Hace unos meses, ya dejó signos evidentes de su maestría y dominio de la técnica del engaste con la aparición de cuatro piezas de indudable valor relojero y encumbradas por la presencia de las piedras preciosas. Dos de ellas se centraron en el Grandmaster Chime referencia 6300, el reloj de pulsera más complicado de Patek Philippe; dos creaciones de alta relojería realzadas con diamantes y zafiros azules talla baguette. Las otras dos las protagonizaba el cronógrafo con calendario perpetuo referencia 5271 que aparecían adornados con zafiros azules o rubíes baguette. Unas creaciones de gran elegancia que combinan la excelencia técnica de las grandes complicaciones con los tipos de engaste más exclusivos. Al estilo Patek Philippe.


La Ref. 6300/400G-001 despliega 409 diamantes talla baguette (31.35 quilates) que aparecen engastados en la caja, los dos biseles y el cierre desplegable satinado pulido.

El engaste de piedras preciosas ha sido utilizado desde tiempos remotos para embellecer los relojes. Lo mismo que sucede con otras técnicas artesanas como el grabado, el esmalte cloisonné o la pintura en miniatura esmaltada. De todo ello hay sobradas muestras en la colección histórica del Museo Patek Philippe de Ginebra. Deberíamos decir que todos ellos están presentes en los trabajos de la firma desde su fundación en 1839, y en el caso concreto del engaste hay ejemplos muy elocuentes como el reloj-colgante adquirido por la reina Victoria durante la Gran Exposición de Londres en 1851 (Nº 4719), adornado con diamantes talla rosa.

Sofisticación estética y mecánica

Pero en la manufactura de Patek Philippe siempre han querido ir un paso más en los relojes-joya, procurando al mismo tiempo resaltar la sofisticación mecánica de los modelos con la introducción de grandes complicaciones. Es lo que nos encontramos en estos cuatro nuevos modelos, que han sido realzados con las piedras más bella, talladas y engastadas según las reglas que exige el Sello Patek Philippe. Estas propuestas están destinadas a enriquecer la oferta de relojes de excepción en la colección permanente de Patek Philippe y su producción anual estará limitada en función de la complejidad de los movimientos y cajas, así como del minucioso trabajo de engaste que exige contar con los mejores artesanos.

Lanzado en edición limitada para celebrar el 175 aniversario de la manufactura –en 2014, el Patek Philippe Grandmaster Chime con su doble faz fue introducido en la colección permanente en 2016, para tres años después lanzarse en una versión de oro blanco dotada de dos esferas marcadas por el color azul opalino (Ref. 6300G-010).

Diamantes y zafiros

Patek Philippe rinde homenaje a la sofisticación mecánica de este modelo estrella presentándolo en dos nuevas versiones alta joyería de oro blanco. La primera de ellas, la referencia 6300/400G-001 destaca por sus 409 diamantes talla baguette (31,35 quilates) engastados en la caja, los dos biseles y el cierre desplegable. Mientras, la referencia 6300/401G-001 está adornada con 118 zafiros azules talla baguette (11.9 quilates) en uno de los biseles (lado horario) y en el cierre desplegable; en el otro, el que enmarca el calendario, hay 291 diamantes talla baguette (20.54 quilates) repartidos entre el bisel y la caja.


Ref. 6300/401G-001. Versión con118 zafiros azules talla baguette (11.9 quilates) adornan uno de los biseles (lado horario) y el cierre desplegable, mientras que la cara que enmarca el calendario cuenta con 291 diamantes talla baguette (20.54 quilates).

Una brillante propuesta que no solo exalta la calidad mecánica de esta creación sino que le añade un plus de valor y complejidad. Ambas creaciones destacan además por utilizar la técnica del “engaste invisible” en el borde del canto así como en los laterales de las asas de la pulsera y en los eslabones de rotación.

Mecanismo de rotación patentado

La caja reversible se distingue por su mecanismo de rotación patentado que permite combinarla con cualquiera de las dos esferas visibles. Ambas presentan un elegante color negro ébano opalino, con motivo guilloché “Clous de Paris” grabado a mano en el lado horario. Por su parte, la correa de piel de cocodrilo color negro brillante va adornada con pespuntes contrastados color crudo (Ref. 6300/400G-001) o azules (Ref. 6300/401G-001).

Con sus 20 complicaciones, este modelo está considerado como el reloj de pulsera Patek Philippe más complicado de la colección actual. Sus cinco funciones sonoras en tres timbres incluyen gran sonería, pequeña sonería, repetición de minutos y dos primicias mundiales patentadas: una alarma que toca la hora programada y una repetición de la fecha que muestra la fecha a voluntad. De todo ellos se encarga el calibre 300 GS AL 36-750 QIS FUS IRM de carga manual; integrado por 1.366 piezas, incorpora igualmente un calendario perpetuo con indicación del año en cuatro dígitos.

Decoración Clous de Paris

Estos dos relojes se entregan con unas mancuernas de oro blanco engastados en la periferia con una hilera de diamantes talla baguette (Ref. 6300/400G-001) o de zafiros azules talla baguette (Ref. 6300/401G-001). El centro de oro blanco, como ocurre con la esfera, luce un acabado color negro ébano opalino decorado con un motivo guilloché “Clous de Paris” grabado a mano. Tiene el añadido de la cruz de Calatrava, emblema de Patek Philippe.


Bisel, asas de la pulsera y cierre desplegable han sido engastados con 80 zafiros azules talla baguette (5.16 quilates). La composición tiene su prolongación en la esfera lacada en color azul con un degradado negro en la periferia que le aporta una mayor profundidad.
Cronógrafo de alta joyería

Desde el lanzamiento de la referencia 1518 en 1941, el cronógrafo con calendario perpetuo se ha impuesto como un gran clásico Patek Philippe y una de las piezas más demandadas por los coleccionistas. En 2011, se incorporó el calibre CH 29-535 PS Q, totalmente concebido y fabricado en la manufactura (Ref. 5270). En 2014, Patek Philippe lanzó una reinterpretación de este modelo en una versión de platino realzada con un engaste de diamantes talla baguette (Ref. 5271P-001). Ahora es el turno de dos versiones alta joyería con gemas de colores.

Vestido de azul

Por un lado, la referencia 5271/11P-010 destaca por su bisel, sus asas de pulsera y su cierre desplegable engastado con 80 zafiros azules talla baguette (5.16 quilates), así como por su esfera lacada color azul con degradado negro en la periferia. El perfil de las asas de la pulsera están decoradas con molduras y realzadas con unos zafiros talla baguette de cinco diferentes tamaño. La pulsera de piel de aligátor negra brillante con pespuntes en contraste de color azul completa este elegante espectáculo.

Por el otro, tenemos a la referencia 5271/12P-010. Tiene 80 rubíes talla baguette (5.25 quilates) engastados en el bisel, las asas de la pulsera y el cierre desplegable. El color intenso de las gemas se traslada a la esfera lacada roja con degradado negro en la periferia. También a los pespuntes en contraste de color rojo de la pulsera de piel de aligátor negro brillante.


Los 80 rubíes talla baguette (5.25 quilates) engastados en bisel, asas y cierre desplegable, le aportan intensidad a esta pieza. El color de las gemas prosigue en la esfera lacada en color rojo con degradado negro. Éste aparece también en los pespuntes en contraste de la pulsera de piel de aligátor negro brillante.

En ambos relojes, la caja de platino ha sido pulida a mano. Los pulsadores son satinados en los laterales y pulidos en la parte superior. Como todos los modelos Patek Philippe de platino, la carrura va engastada con un diamante talla brillante a las 6 h.

En su interior, el calibre CH 29-535 PS Q. Combina una arquitectura tradicional (carga manual, rueda de pilares, embrague horizontal con ruedas dentadas). Además incluye seis innovaciones patentadas para el cronógrafo y un mecanismo de calendario de tan solo 1,65 mm a pesar de sus  182 componentes. Es visible a través de un fondo de zafiro transparente, pero puede intercambiarse con un fondo macizo de platino. Todo sea por el espectáculo.

Ricardo Balbontín

Artículo anterior

La aventura Spirit continúa con el legado del primer flyback

Siguiente artículo

Hublot lanza su cronógrafo más refinado con el sello de Orlinski

Notas relacionadas
Leer más

Fusión de pasiones

Un Jaguar XKE Coupé y un Franck Muller para recorrer el Rally Maya

MANUEL MARTÍNEZ

Me gusta encontrar y contar historias, desde hace 15 años con la relojería, el estilo de vida y el lujo como telón de fondo. Las revistas siguen siendo mi debilidad, así que en Tiempo de…

Alma Delia Pacheco

Directora comercial relojes

Heredé el gusto por los relojes desde niña y profesionalmente por el diseño. Desde hace 21 años estoy en este fascinante sector relojero, trabajando de la mano junto con las marcas haciendo estrategias comerciales y de marketing.

KEVIN GONZÁLEZ

Diseñador digital y multimedia

Geek millennial, amante de la tecnología. Ing. en comunicación multimedia, llevo los relojes mecánicos a la dimensión digital. Siempre al tanto de las tendencias tecnológicas.

LESLIE LÓPEZ

Director editorial

Lector antes que editor. Planté un limonero y escribí un libro. Espíritu deportivo para templar el ánimo. Ldo. en Filosofía (Univ. de Sevilla) y Máster de Periodismo (Complutense de Madrid).

CARLOS ALONSO

Director general

Los contenidos en evolución son su razón de ser sin que importe el soporte. “La vida y la relojería, donde se ha especializado por más de 30 años, no son nada sin contenido”. Después de que los soportes hayan vivido una revolución tecnológica es momento de volver a defender el buen periodismo como una necesidad general.

ANDRÉS MORENO

Redactor

Decía Antonio Machado que el hacer las cosas bien importa más que el hacerlas. Me he guiado por esta máxima durante casi veinte años que llevo escribiendo de relojes. En mi mano está hacerlo del modo más ameno posible.
Total
0
Share