Antoine Pin, el director de la división de relojería de Bulgari, es un señor sonriente. Y ahora también tiene motivos para sonreír con el séptimo récord mundial que consigue la firma gracias al nuevo Octo Finissimo Calendario Perpetuo. El camino de Bulgari es un ejercicio inquebrantable de ascetismo en busca de la virtud. Octo Finissimo se ha ido liberando de la pesada materialidad de los componentes para levitar en la verdad de la mecánica ultrafina. Y la paradoja es que, en esta purificación del alma, han logrado un reloj sexy que mantiene la misma sensualidad que sus precedentes. “Somos jóvenes en el mundo de la relojería”, dice Pin con naturalidad. “El display es moderno y bastante diferente de los calendarios perpetuos. No tenemos fase lunar y contamos con indicadores retrógrados para la fecha y el día, que es algo bastante raro entre los calendarios perpetuos que existen. Lleva nuestro sello marcado en términos de diseño y performance”.
—¿Cuánto tiempo tomó este proyecto desde el borrador hasta hacerlo realidad?
—Suena casi perfecto porque casi cada año llega un nuevo récord. Desde la primera creación del Octo Finissimo vinieron un par de ideas y una tras otra. Pero después de un par de años, teníamos muchos proyectos y vinieron en paralelo. Este Calendario Perpetuo nació bastante pronto y ha tomado entre cuatro y cinco años. Fueron unas 16 ó 17 ideas para empezar la construcción. Y tomó más de un año de fabricación y dos de homologación. La dificultad de este calibre, en particular, estaba en cómo utilizar los espacios vacíos del calibre BVL 138, de horas y minutos y construcción clásica, con el fin de minimizar espacios añadidos. Y para mantener el calibre ultrafino el reto era integrar las nuevas funciones del calendario dentro del calibre sin añadir capas adicionales.
Estudio creativo
—¿La miniaturización fue la clave?
—La miniaturización es siempre es un reto, al igual que en los calibres precedentes. Pero aquí el truco estaba en la construcción inicial del calibre. Es la construcción para la optimización del espacio e integrar las funciones del calendario perpetuo en el espacio sobrante. Y el equipo optimizó cada componente para ocupar el espacio. Y después de esto, por la reducción de esta específica construcción, hubo que homologar sus muchos y nuevos componentes. El ensamblaje y la construcción de los primeros calibres requieren muchas pruebas y validaciones. La producción final con los relojeros no fue tan compleja, pero las primeras fases del desarrollo sí tomaron más tiempo en esta ocasión.
—Sin ventanas, solo manecillas y un par de indicaciones retrógradas. ¿Probaron otras configuraciones en la esfera con funciones en diferentes posiciones?
—Me gusta mencionar que nuestro estudio [creativo] está implicado en el plan de desarrollo de calibres. Así que nos reunimos cada mes para revisar este plan que se desarrolla a cinco años. Así que estudiamos y planeamos los calibres que vienen para el 2025 o 2026, según la complejidad del producto. Fabrizio Buonamassa y su equipo forman parte. Así que la carátula que vemos es parte de la definición del calibre en sí mismo. La construcción del movimiento incluye los requerimientos del estudio de diseño. Queríamos esta pureza en el display con la información y también queríamos para ello una inspiración diferente, como las manecillas retrógradas, y todo estaba pensado desde el comienzo. De otra forma no lo hubiéramos hecho. Y esto es un signo único de nuestra identidad como relojeros. Trabajamos de una forma muy integrada.
Bulgari, manufactura integrada
—Le Sentier para movimientos, Saignelégier para “habillage” (caja y diales) y Neuchâtel para montaje final. Están integrados verticalmente, el sueño de muchas marcas relojeras swiss made. ¿Cuál es el siguiente paso?
—Siempre hemos estado haciendo relojes, pero como manufactura integrada desde hace 20 años. Somos jóvenes en el mundo de la relojería y desarrollamos nuestro campo de juego. Y somos libres para alcanzar la madurez. Estamos integrados en muchos aspectos y estamos en un nuestro viaje, tenemos una dirección y sabemos dónde queremos anclar nuestra legitimitidad como relojeros. Es muy consistente quiénes somos. Básicamente hay tres áreas, basada en nuestra historia e identidad: miniaturización, calibres mecánicos para mujer y relojes con sonería. Ahí tienes, por ejemplo, el Serpenti Tourbillon, el tourbillon más pequeños que hay en el mercado justo ahora. Obviamente, somos joyeros y desarrollamos relojes joya con belleza interior y exterior. Y si tenemos que desarrollar calibres para las muñecas más pequeñas, con mucha creatividad y diferentes variaciones, mientras más pequeño sea el movimiento es mucho mejor desde la perspectiva del diseño, porque tienes más libertad creativa. Y también podríamos haber creado un Serpenti con tourbillon sin ser ostentoso o pesado en la muñeca.
—Y también en piezas de hombres destaca la miniaturización y micromecánica.
—La miniaturización incluso toma más sentido incluso cuando hablamos de relojes masculinos porque permite calibres muy delgados para proponer relojes extremadamente elegantes. Y si hablamos de la elegancia italiana, hablamos de atractivo estético, equilibrio, construcción arquitectónica y también del gran confort al vestir muchas cosas. Encuentras belleza y funcionalidad en cada objeto de diseño italiano, pero también confort. Es muy cierto en la sastrería italiana, con trajes sin formas limitantes, no tiene estructura, son materiales ligeros. Y cuando usas un Octo Finissimo, en titanio, abraza perfectamente la muñeca, como un traje los hombros. Octo Finissimo está intencionalmente nutrido de la cultura italiana del diseño y la funcionalidad, que van juntos fácilmente, no uno separado del otro, y crea la elegancia; y no está forzado, se ve bien y es fácil de vestir. La micromecánica ha venido como consecuencia de la inspiración de nuestra “italianidad” y nuestro trabajo de joyeros.
—Y el tercer campo es la sonería.
—Los relojes de sonería es nuestro ADN suizo. Nacimos con el atelier Gérald Genta y Daniel Roth, extremadamente expertos en sonerías. Somos la única manufactura suiza que ofrece el rango de sonerías con uno, dos, tres y cuatro martillos. No hay ninguna marca como esta, ni Patek Philippe ni Audmers Piguet. Somos relojeros de hecho y podemos hacerlo. Es un inmenso valor y patrimonio que tenemos que continuar desarrollando. Y también porque es un gran campo de trabajo tradicional y queremos traer aquí modernidad. Y pensamos que también aquí hay mucha creatividad. Es una creatividad diferente con la música. Hay una gran cantidad de cosas que podemos hacer aquí. Son los tres pilares para dejar nuestra marca en el campo de la relojería suiza.
Cleopatra y Marco Antonio
—Sus relojes femeninos son para Cleopatra, el exotismo egipcio, y los masculinos para Marco Antonio, un político y militar romano. ¿Cómo mantienen el estilo sin mezclarlo? No recurren a la idea fácil de tomar un reloj masculino y reducirlo de tamaño para mujer.
—La creatividad está segmentada, diferenciada. Cuando creas, proyectas. Y el estudio tiene unas fuentes de inspiración para hombre, mujer, idea, o un concepto global, único… Pero hay que proteger la libertad de creación. Producen una idea en la menta. Y esta es la belleza de ser joyero italiano y no tomar un reloj masculino y reducirlo de tamaño para la mujer. Sí tenemos Bulgari Bulgari con alguna variación para hombre y mujer, o mejor diría para muñeca grande y pequeña. En realidad, no tenemos relojes de hombre o mujer, sino diseñamos inspirados por hombre e inspirados por la mujer. Y puede ser tradicional, pero es lo que somos y es la singularidad de nuestro estudio. Le damos la libertad para expresar ese “mood” italiano y lo que les gusta. Y no es nuestra preocupación lo que compra cada cliente. Muchas mujeres compran Bulgari Bulgari y algunas, Octo; tenemos un par de hombres que incluso tienen Serpenti. Es la misma libertad que se le da al consumidor para que compre lo que quiera. Nosotros, como marca, decidimos qué hay para cada cual. Pero de la misma manera que no tenemos el derecho de imponer nada a ningún cliente, tampoco imponemos una dirección creativa a nuestro estudio. Somos una marca italiana, no tenemos raíces relojeras al estilo tradicional, tenemos relojes inspirados por la joyería, así que no seguimos esta tradición de los años 20 o 50 de relojes hechos para un mundo dominado por hombres con estas herramientas o instrumentos que luego son más pequeños para mujer. Tenemos más creatividad finalmente y potencial de diseño que reducir las dimensiones. Esta es la belleza y somos ricos en expresividad. Dejemos que la gente sea libre y se exprese como quiera, no me importa. Si mañana alguien me dice que quiere hacer un reloj universal en tres tamaños, y tiene sentido con quiénes somos con nuestra raíz italiana, nuestro espíritu de joyero y nuestro diseño, ¿por qué no? Es el respeto al estudio y a las personas.
—La belleza del Octo Finissimo es que tiene infinitas posibilidades en un mismo reloj con siete récords. ¿Pensó alguna vez que esto sucedería? ¿Cuál es el próximo récord?
—Esto no lo planeamos tanto. Obviamente hubo un momento en que hablamos y pensamos qué seguiría y jugamos con diferentes construcciones. Ahora hay apetito, tenemos una cultura in house con la micromecánica. Y la gente se unió a nosotros. Socios externos que también ofrecen ayuda y piensan con nosotros qué puede seguir. Hubo conversaciones para no venir con otro récord cada año. Y está bien porque, más allá de un récord mundial, continuamos desarrollando nuestro expertise en micromecánica y los campos relacionados. Es la vida. No tienes un récord cada mes, a veces sí, a veces no. Somos ya afortunados de tener ya unos cuantos y con el desarrollo en este campo y haber tenido cosas que decir. Pero también tenemos otras cosas por hacer probablemente. Tenemos algunas ideas y queremos seguir en esta área porque hemos marcado este campo en la historia de la relojería. Continuaremos, pero no hay garantías. Claramente al principio no sabíamos a dónde íbamos a aterrizar. Y aunque seas ambicioso y planees el futuro, no sabemos qué pasará. Sabemos lo que tenemos para los dos próximos años, bastante complejo de lanzar, pero luego se difumina el panorama, porque tomas riesgos en el desarrollo y puede haber fallos a veces. Es como escalar una montaña, cada vez más alta, hasta que fallas para llegar a la cúspide. Esto sucede y lo intentas la próxima vez. Es normal y no hay que sentirse avergonzado si fallas a veces. Lo que sí te digo es que aprendes mucho cada vez que haces un desarrollo. Es nuestro viaje. Para el futuro tenemos grandes ideas, asombros proyectos excitantes, y algo loco. Veremos si funciona, o no. Pero es muy divertido trabajar aquí. —Leslie López